Una tarde de Diciembre llevaron a la clínica a un perro de raza BULL DOG en un estado lamentable, lleno de heridas por mordidas de otros perros. Al revisarlo la Dra. Cintia se dio cuenta que los ojos estaban dañados por haberle cortado los parpados hasta el hueso, sin manera de que el pudiera cerrar los ojos y que tenía limados los colmillos.   Esto le resulto muy raro y me informo yo estando de viaje, pero al regresar fui a ver al perrito y encontré a una pobre criatura con mordidas por todos lados y con sus ojos ulcerados. Me partió el alma verlo así y no podía imaginar quien podría haber hecho algo así.   Me era imposible pensar que algún médico veterinario podía romper su juramento y dañar tanto a un animalito. Empezamos a investigar como es que había llegado a nosotros, pero solo sabíamos que un muchacho se lo había encontrado en la calle. Me propuse encontrar algún médico que le operara los ojos y en una clínica especializada en ojos me recomendaron al Dr. Guillermo de la Garza. Le llamé y le conté la situación de cachetes, pues la gente en la red así le había puesto. El me citó el sábado por la tarde lo llevé a revisión y me dijo que por desgracia uno de sus ojos ya no tenía remedio y que el otro el lo operaria para que pudiera ver algo. Le receto unas gotas y pomada, pero me dijo que por el estado del perro, tendríamos que esperar pues no iba aguantar la anestesia, así que lo seguimos tratando y buscando de quien era, pues siendo de esta raza son perros muy caros. Le dimos la mejor alimentación, se le curaban la heridas pero no se veía bien y cojeaba de una pata. Por lo que mi hija y yo decidimos llevarlo con el M.V.Z José Luis Najar para hacerle una placa, resulto que tenia un tatuaje y un chip, el aconsejo hablar a la asociación canofila y así lo hicimos y encontramos de donde venía el perro. Era de un criadero de la SMZ 17 el cual lo maneja una persona a la que apodan el Zarco. Mi hija se comunicó y dijeron que ellos lo habían regalado a una familia, pero que ellos no sabían a quien y para colmo, a la canofila le dijeron, que se lo habían dado a su veterinario, y a la secretaria del Dr. Najar que se lo había dado a su hija y que ella lo había regalado a una amiga. En fin como ven, puras mentiras, el perro se llamaba kango, lo tratamos de sacar adelante pero cada día estaba peor, luego le empezó a fallar el hígado y desgraciadamente el falleció el 24 de febrero. Esto es lo que hacen cuando un perro no sirve para cruza, a cachetes no le habían bajado sus testículos por lo cual las personas que se quedaron con el no lo querían como mascota, sino como perro para entrenar perros de pelea. Es por eso que le cortaron los parpados, le limaron los colmillos y estaba totalmente mordido a tal grado que nunca se pudo recuperar de sus heridas.   Ojala esta triste historia de cachetes ayude acabar con las peleas de perros, pues no importa que tan finos sean siempre estarán en riesgo.